lunes, 18 de febrero de 2008

Presentación

“Hay tanto que hacer, en tan poco tiempo.” De veras que es la frase mas desalentadora que he visto en mi vida. nunca he entendido eso de que algo es alentador o desalentador, tras poco deliberar, he llegado a la conclusión de que algo desalentador es algo que hace que te huela mal el aliento, como el ajo por ejemplo. Conclusión: el ajo es desalentador (pero el ajo no huele mal, simplemente huele a ajo), y algo alentador sería la menta. Me pregunto a quién se le habrá ocurrido coger por primera vez la menta, para ponerla en un tubo de pasta de dientes. Bueno dejemos el aliento de lado(que sufran otros) y hablemos de mí.
Todo el mundo debería saber que un egoísta es una persona que piensa más en si misma que en mí. Todo el que me conoce debería ya saberlo, y si no lo sabe es que no me conoce. Yo tengo trastornos bipolares, los trastornos bipolares son buenos; no que son malos; no…que son buenos; que no que son malos y no seas tonto separa las frases con coma no con punto y coma, tonto lo serás tú que en lugar de poner , y ; lo pones entero, yo lo pongo como me da la gana vale, pues deja de corregirme, pero si empezaste tú, se pone empezastes, que no que es empezaste, que no estúpido que es empezastes, que quieres que te de dos hostias, a que te doy yo a tí primero. Es ahí cuando se producen las autolesiones, y apareces en un sitio blanco de paredes acolchadas y con una camisa extraña.
Claro que esto de los trastornos bipolares es normal, cuando nací el médico se quedo con la placenta en lugar de conmigo, y fue por eso que mi “madre” me encontró en un contenedor, yo creo que esto es mentira pero en sección de observaciones de mi partida de nacimiento es lo que pone, me daría vergüenza enseñarlo cuando me piden la partida de nacimiento para algo, pero es que yo no tengo vergüenza, se me cayó el otro día, y aún no la he encontrado.(defino el otro día como hace diez años, cuando mi madre me tiró una piedra a la cabeza, fuimos a juicio y todo, pero ella alegó defensa propia, y por lo visto el juez se creyó lo de que yo tenía una piedra más grande en la mano y ella lo hizo para defenderse), fue entonces con tan solo siete años que me di cuenta de que la verdad la puede decir cualquiera, pero para mentir hace falta imaginación, desde entonces miento todas las noches. Pero no todo en mi infancia fue duro, recuerdo a mi primera novia, bueno a la segunda, que la primera era un tio, pero de veras que parecía una chica, yo aún le hecho la culpa al oculista que decía que veía como un lince, será cabrón, que no me he dado hostias yo ni nada por su culpa.
Cuando cumplí doce años mi madre me regaló una maleta, dentro venía una nota: <<En Europa del este ocho de cada diez niños se van de casa antes de los doce años>>. Al final la convencí para que me dejara quedar, pero ella ya se había hecho a la idea de que alguien abandonara la casa, así que echamos a mi padre. Claro que sin mi padre llegaba menos dinero a casa, y casi no tenía ni para comer, yo llegaba de clase y decía -madre que hay hoy para comer- y ella contestaba,-las sobras de la cena-. -pero si ayer no sobró nada. en ese plan, bueno poco a poco aprendí a robar carteras, y la economía fue creciendo. Pero también me pasaron cosas malas, una vez mi madre me atropelló en un paso de peatones para que el seguro me pagase. Pero dejemos de hablar de mi infancia hablaré de mi en el presente. Yo me llamo Xulio, pero mis amigos no me llaman; siempre he sido muy gracioso, la gente se ríe constantemente de mí; y también me llevo muy bien con los animales, especialmente con mi padre, pena que haya tenido que abandonar la casa. Hay quien dice que yo tengo mucha suerte, mala, pero suerte al fin de al cabo. También tengo muchos amigos, pero mi psicoanalista dice que si yo me los invento, no vale, de todos modos yo no le hago mucho caso, él también dice que soy propenso al suicidio, y yo le contesto que eso es erróneo, pues yo tengo muchas ganas de vivir, a lo que el responde que no, que soy propenso a provocar que otros se suiciden, bueno esto lo decía hasta que se suicidó. Y ya me voy y os abandono como los malos desodorantes.


Escrito por: Xulio Merino Lorenzo (profesión: desequilibrado mental contemporáneo y estudiante en sus ratos libres).

No hay comentarios: