jueves, 13 de septiembre de 2012

Lo Profundo de la Banalidad

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       Capítulo 1: ¿Cómo conseguirlo?

       Soy un vaso de cristal. Soy un vaso, mi piel es cristal, mi boca es grande y redonda, mi culo plano y grueso. Soy un vaso bajito y gordo, no uno de esos vasos altos y delgados.

Voz en Off
Un pato come pan a las tres de la tarde, lo acompaña con un sorbo de agua, pero no utiliza un vaso. ¡Oh! Pobre vaso, que jamás será usado por un pato.
Un ninja se disfraza de pato y va al parque a las siete de la mañana, se mete en la charca con los demás patos. El tiempo pasa y llegan las tres de la tarde, el pato come pan a las tres de la tarde y el ninja come pato. El pato se asusta y traga saliva; el ninja lo mira fijamente mientras se acaba de comer el pato; el pato da un sorbo de agua, esta vez si de un vaso; el pato utiliza un vaso pero el ninja ya no mira al pato porque se lo ha comido, y también al vaso.


La voz en Off se niega a continuar
       Soy un vaso de cristal, hoy ha sido un día muy soleado. Un pato ha bebido de mí y un ninja me ha comido, me encuentro en el estómago de un ninja junto a un pato que no para de mirarme. Tengo sed.

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Preguntas Frecuentes ¿Cuántos Trucos te Sabes?


       A menudo después de una actuación o de una pequeña sesión de magia, los espectadores y espectatrices se acercan al artista movidos por la curiosidad y aprovechan la ocasión de conversar con él. Esto sucede sobre todo en sesiones de magia improntu, calle, encuentros informales o sesiones privadas.
       Es lógico que la curiosidad aflore, cada vez que uno se acerca a un artista de cualquier tipo la curiosidad se despierta. Si alguien te dice que es albañil, lo asumes, si es mago o escultor quieres saber por qué. Y es que las artes, entre otras cosas, están para eso, para destacar, para llamar la atención. Y al igual que en el cine o la pintura, en la magia surgen preguntas características, preguntas que se asocian a la profesión y se acaban por convertir en preguntas frecuentes.
       Una pregunta que me gusta especialmente es:

¿Cuántos trucos te sabes?

        Inicialmente me costaba mucho responder a una pregunta así. Porque todo su enfoque choca frontalmente con mi forma de ver la magia. Mi primera reacción al encontrarme esta pregunta por primera vez creo que fue dudar, y simplemente decir que muchos. Creo que es una reacción bastante natural pero no es sincera en absoluto. Y alguien que te pregunta algo tan personal, como lo es preguntarle a un artista acerca de su trabajo, merece al menos sinceridad.
        Primero habría que entender bien la pregunta. Consta de dos partes. Trucos y sabes. Son las palabras clave. ¿Cuántos? esa es la pregunta, cuya respuesta lógica sería un número o algo referente a una cantidad, pero esa respuesta es imposible porque las palabras “trucos” y “sabes” no permiten llegar a una cantidad.

        Trucos: El objetivo al adentrarte en los profundos senderos del ilusionismo es despojarte de esa palabra. Convertir los “trucos”, “juegos de manos”, “rompecabezas”... en lo más parecido a la magia real que se pueda imaginar. Transmitir la sensación de magia, una sensación bella y cargada de alto significado simbólico. No la de truco, trampa o engaño. El sustitutivo ideal a esta fea palabra, para mí es juego. Así al menos es como yo lo veo, el juego de la ilusión, que puede comenzar con ilusiones visuales y acabar allí donde acaban las ilusiones mas profundas. Un juego al que no se puede jugar nunca solo. Hace falta alguien, un espectador que especte, al menos uno, que sienta, sueñe y se deje llevar. Y hace falta al menos un ilusionista que haya intentado trascender la palabra truco. Incluso aunque me lo haga a mi mismo, necesito un yo realizador y un yo capaz de disfrutar la obra. ¿Cuántos juegos sabes?

       
       Sabes: Esta es la otra palabra clave. Saber, conocer... Yo jamás le preguntaría a un matemático cuantos problemas ha resuelto o cuantos conoce. Porque la respuesta sería la misma que la que te puede dar un ilusionista. Demasiados, tantos como es posible imaginar. Hay que entender que la vida de un artista es el arte al que representa. Un juego de magia en cierto modo se parece a un problema matemático, hay una idea que se plantea, y muchos, muchísimos caminos para conseguir llegar a ella.

       Si me preguntas cuántos juegos tengo en mi repertorio, cuántos han pasado la prueba de fuego y los hago ante público, pues no lo sé, puede que cincuenta, tal vez cien. Si me preguntas cuantos juegos de los que hago representan mi forma de ver la magia. Tal vez tres. Si me preguntas cuántos juegos conozco... eso es muy confuso. Conocer profundamente muy pocos, conocer de vista demasiados, entre juegos leídos, versiones de esos juegos, versiones de versiones de ellos, juegos vistos, practicados, imaginados, ideas y pajas mentales que se quedaron por el camino... sencillamente demasiados.

        Por eso que entendiendo la pregunta, no puedo responder simplemente. ¡No sé, muchos!
        Tampoco aburrir con una disertación oral sobre el tema, pero alguien que hace una pregunta tan íntima a un artista, merece sinceridad. Al menos saber que truco es una palabra fea, y saber que la magia es la vida y pasión del mago, y que los juegos son para él como las palabras para un escritor, hay que indagar mucho en ellas para encontrar las adecuadas. En el caso de la magia, hay que profundizar mucho para hacer una magia personalizada y por el camino se aprenden infinidad de “palabras”.

XulioML