Los despertadores son los seres más despreciables de la humanidad, tu estás tranquilamente soñando con cielos claros y prados verdes en los que tumbarte sobre Elsa Pataki, y derepente suena el infernal despertador con un pitido chirriante en tu oído, como diciédote, jaja jodete. Tu lo apagas y dices anda y que te den, e intentas volver a la cama con Elsa Pataki, pero donde antes había un cielo claro y despejado, ahora hay nubarrones, donde había prados verdes ahora hay sábanas sudadas y donde debería estar Elsa Pataki, está tu perro lamiéndote la cara.
En lugar de levantarte dices bah, aunque no esté Elsa pataki siempre puedo quedarme cinco minutos más, porque para eso tienes un despertador que una vez lo apagas vuelve a sonar a los cinco minutos, ese es un despertador Español. Y es que somos tan perezosos que ni siquiera nuestros despetadores se levantan a la primera. Y es que por la mañana solo hay una cosa que se levanta a la primera.
¿Pero quién ha podido inventar los despertadores existiendo las abuelas? Las abuelas son como los despertadores pero sin el ruido infernal, no se les acaban nunca las pilas, no hay que ponerlas en hora y sabes que como tienen que ir a orinar cada veinte minutos nunca van a quedarse dormidas. Otra cosa que hace que las abuelas sean superiores a los despertadores es la noche, porque como jode cuando no puedes dormir y oyes (tla, tlu, tla, tlu, tla, tlu) que joder es como si el despertador te hablara y te entra la misma sensación de cuando de pequeño dormías en casa de los primos y alguien siempre pregunta... estás despierto. Lo malo de las abuelas es que si te vas de viaje no te las puedes llevar contigo, y que si lo haces, en la maleta no entran muchas cosas más.
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