Miradas grisaceas, llanto del
firmamento. Hojas tostadas que vuelan hasta el suelo, que mas que
volar parece que caigan, como si fuesen lágrimas de grandes y
robustos castaños. Charcos en medio de todos los caminos.
Botas de lluvia, gente que zigzaguea entre las lágrimas de las
nubes y los castaños; niños que saltan a pies juntos y
salpican; niños que patean los montículos de lágrimas
secas de castaño que acumula el viento. Un transeúnte
que camina pensativo, una joven cubierta por un paraguas, una señora
y su nieto mendigandole gotas a una fuente de piedra...
Definitivamente si, es Octubre.
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