Este es el primero de mis cinco relatos que versan sobre los sueños...
DELEITE DE UN SEUÑO EFÍMERO
Me he dejado llevar de nuevo, como perdiéndome en un mundo del que ya poco recuerdo, como dejando que el tiempo me atrape en una realidad que desconozco y me hace dudar. Pero... ¿sobre qué me hace dudar? Lo cierto es que no se muy bien si dudo sobre si los sueños son la realidad o la realidad es un sueño, o sobre si siendo la realidad lo real y los sueños sueños, no paso demasiado tiempo soñando. Porque son pocos los días que realmente me quedo dormido para luego recordar que he soñado algo, pero sin saber qué he soñado exactamente; y en los que dudo sobre si la vida real es algo mas que un sueño. Quiero decir... ¿Vivo soñando?
Vivir soñando es una muerte anticipada, y para mí la muerte es una de las pocas cosas que no me gustaría que se anticipasen nunca. Vivir soñando es morir porque es vivir en el futuro, y en el futuro mas lejano para todos nosotros, solo existe la muerte, y no quiero entrar ahora en detalles sobre si la muerte es lo último o no, a lo mejor no es lo último de la existencia, pero si de la vida, al menos de la del cuerpo. Y el que sueña es sin duda el cuerpo, porque los sueños, los sueños de cuando uno esta despierto quiero decir; los sueños en los que uno vive, son los sueños que solo el cuerpo puede cumplir, y no dejan de ser sueños forjados en necesidades ilusorias, porque para que necesito yo una cosa u otra; porque sueño con tener esto o aquello; con viajar aquí o allá, y cuando no sueño, pienso en el pasado, en como chafé mis anteriores sueños, y qué difícil se hace centrarse en en el momento, centrarse en que yo vivo ahora, en que... ¡Hey! Es ahora cuando estoy despierto, ¿Por qué estoy despierto, verdad? Si, si lo estoy. Pienso que para ser consciente de que vivo en el presente debo disfrutar de cada momento en el instante en que sucede, pero ¿Y si es un sueño? ¿Disfrutar del sueño es suficiente? El sueño es una ilusión para el futuro, pero lo sueño ahora, entonces si disfruto del sueño ilusorio es como si disfrutase del sueño hecho realidad en el futuro en que sea realmente real y lo esté disfrutando, por tanto lo disfrutaré dos veces, al soñarlo y al vivirlo, y nunca sufriré, porque ¿Quién sueña con el sufrimiento? Y además, si por cualquier caso el sueño no se cumple, pues... no pasará nada, porque ya lo he disfrutado antes, cuando solo era un sueño. Todo esto me lleva a pensar que realmente no estoy despierto, voy a salir a la calle a ver si consigo despertarme.
El sonido de las llaves de mi casa no parece que me vaya a sacar de este letargo, tal vez la brisa que roza mi cara, tal vez el frío, al que permito, abriendo el portal y echando a caminar en plena noche, que se deslice por mi piel, que me acaricie con cada paso y que penetre hasta los huesos, tal vez entonces el frío me despierte. Si la luz de las estrellas mas iridiscentes llegan hasta mí en esta profunda noche, en esta densa ciudad, las luces estelares mas potentes atraviesan sin piedad el leve fulgor de las farolas que apagan las estrellas más tenues, porque la ciudad se dedica a apagar estrellas, la gente se une con el único fin de aglomerarse para que sus calles estén iluminadas por las noches y las estrellas más sutiles se pierdan en la memoria de los que alguna vez estuvieron en un campo olvidado por la civilización. Colgadas sobre mí, las estrellas más desmesuradas atraviesan la muralla creada por la luz de la cuidad y se dejan disfrutar por uno que pasea de noche, siente como la brisa congela lentamente sus orejas, y sabiéndolo o no, duerme. Tal vez me hagan despertar los semáforos, o tal vez solo me permitan llegar al parque sin ser atropellado, aunque tal vez ese camión sea capaz de despertarme, aunque si el sueño es así de hermoso, porqué iba a querer despertarme anticipadamente. ¿Es entonces morir arrollado por un camión de quince metros despertarse? No lo creo. De todos modos sigo con la misma idea, si el sueño es así de hermoso, ¿No compensa disfrutarlo? ¿Y luego disfrutar del despertar cuando llegue? A mi me compensa disfrutar la brisa, las estrellas, los semáforos que me mantienen vivo en esta ciudad de locos y alocados, las fuentes que calman mi sed y me permiten seguir amándola, porque aunque todo sea un sueño, o aunque todo sea real, ella está ahora durmiendo plácida en su cama, arropada, hasta hace tan solo un segundo estaba a mi lado, supuestamente yo despierto e irónicamente ella dormida. Que no precisamente soñando. Aunque ahora sentado en este frío banco, al ver frente a mi la fuente pienso en ella e imagino un brutal asesinato, no se muy bien porque, visualizo esa cama sobre la que está dormida, visualizo un enorme cuchillo empuñado en una desconocida mano derecha, no desconocida porque no sepa de quién es, sino porque no reconozco por qué actúa de ese modo. Veo también esas rodillas clavándose en el colchón a ambos lados de la víctima, porque ciertamente eso es, una víctima. Visualizo como el cuchillo cae con saña, como llega incluso a atravesar el colchón, como la sangre salpica un rostro que ni yo mismo conozco, aún habiéndolo visto toda mi vida. Y visualizo como la cama se tiñe de rojo, como las gotas de sangre penetran los recién formados huecos del colchón y llegan hasta el suelo, con un goteo incesante que no dejará luego dormir al asesino, pero si al asesinado. Y con tantas visualizaciones sigo en el banco frente a la fuente, lo que dudo es si continúo despierto o si estoy soñando, lo que tengo claro es que el agua de la fuente que tengo ante mí se vuelve cada vez más densa, cada instante mas roja, cada gota es mas sangrienta, y siento, de repente, un impulso de lo mas real, tanto como el agua fresca, como la suave y fría brisa, como el blanco de las estrellas, siento el impulso de correr al portal, siento que no necesito llaves para entrar, siento que tengo mas prisa que nunca por volver a mi casa, siento el terror en mi piel, siento que llego a mi salón, que penetro en mi habitación y la encuentro a ella, de rodillas sobre el colchón, con mi cuerpo apuñalado bajo su mirada, o mas bien, la que es ahora la mirada de una desconocida, aunque la haya visto durante toda mi vida, siento un ligero desconcierto, un profundo pavor, no se si estoy vivo o si estoy muerto, si dormido o despierto, pero siento que mi sangre corre, tal vez, de forma anticipada, pero corre a través de una cama destrozada por un cuchillo que yo mismo compré hacía apenas dos semanas, probablemente en un momento en el que sí estaba despierto. Pero ahora sus manos ensangrentadas acarician mi rostro, yo perplejo me observo desde la distancia que la confusión de la muerte me proporciona, sus labios rozan los míos en un beso eterno de buenas noches, no se si eso es amor pero es lo mas parecido que yo he sentido nunca, y finalmente se tumba a mi lado, se acurruca junto a mi cadáver, desliza su mano acariciando mi pecho algo desgarbado y maltrecho, está tan sexy después de haberme matado.
Realmente es una pena, supongo que lo es el que yo no sepa si estar despierto es o no soñar; que yo no sepa si deseo lo que sucede o si hubiera preferido que en lugar de un puñal su arma fuese un beso; es una pena que el tiempo se agote tan deprisa y no nos deje expresar todo lo que realmente sentimos, o lo que soñamos sentir; es una pena que de nuevo y definitivamente me haya vuelto a dejar de llevar, dejando que el tiempo me atrape en una realidad que desconozco y me hace dudar; y es una pena que un incesante goteo, sea ahora lo que no la deja dormir tranquila, que no descansar.
Xulio ML
“Una noche en la que los sueños no llegaban.
Tras un despertar que no me despertó del sueño...”
2 comentarios:
Mi opinión es que vivir soñando no es morir anticipadamente. Por lo general, las buenas personas necesitan sueños, planes y esperanzas para seguir viviendo y viviendo una vida buena. Los que están totalmente anclados en el presente y no tienen sueños ni piensan nunca en el futuro, antes o después, acaban echando su vida a perder. No se puede vivir en un presentismo absoluto sin medir las consecuencias de los propios actos y sin tener perspectivas de futuro, al menos si uno quiere ser dueño de su vida. Creo que lo mejor es disfrutar del momento, pero siempre que nos permitamos soñar de vez en cuando. Me alegro de que tu sueñes tanto, pues "toda la vida es sueño". Saludos!
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